Donar órganos nace del amor recíproco

Concepcion Castillo Garcia
Lic. en Trabajo Social

“Hoy quiero compartirles mi experiencia como paciente trasplantada, el 12 de mayo de 2012 en el Hospital Universitario de Monterrey, N.L. México. Indudablemente que la intervención de Dios nuestro Señor fue notoria en este proceso. Estoy agradecida con todo el equipo multidisciplinario que estuvo conmigo. Principalmente a los Médicos; Dr. Miguel Escobedo Cirujano, Dr. Marco Antonio Guedea Cirujano, Dra. Linda Muñoz Hepatóloga y a todos los médicos que formaron el equipo de mis trasplantes; así como el resto del personal que estuvo en el equipo. A 6 años de mis trasplantes de Hígado y Riñón me considero una persona sana, entiendo que la lucha de una persona trasplantada nunca termina, porque es necesario llevar a cabo una serie de cuidados especiales, control de medicamentos, alimentos, una buena actitud y llevar una vida sana. Dios tiene una participación muy grande en mi vida, porque he sentido el grande amor de Dios a través de todos ustedes y la misericordia y la compasión de Dios y de todos ustedes. La palabra de Dios dice y lo considero como una promesa: “Nunca te dejare ni te desamparare, contigo estaré yo en la angustia, te librare y te glorificare y te saciare de larga vida y te mostrare mi salvación”. Salmo 91: 15-16 Dios bendiga a todos mis hermanos trasplantados los amo, Amén.”